Castración física y simbólica del entorno inmediato de Cuéllar en “Los Cachorros” de Mario Vargas Llosa
Autor: Anggie Estefanny Huaman Fernández
Los cachorros es un cuento publicado en 1967, el cual contrasta con la realidad a través de las vivencias del personaje principal, Cuéllar. Narra las vivencias de un grupo de adolescentes, sus amores, pasatiempo, sus logros, pero también las respuestas ante los peligros; siendo uno de estos el accidente que sufre uno de ellos y el impacto que tiene en su vida. Fue escrito por Mario Vargas Llosa, peruano nacido en Arequipa, el 28 de marzo de 1936; se especializó en Letras y Derecho, colaborando profesionalmente con diarios y revistas. Obtuvo el Premio Nobel en 2010 y en 2013 el premio Columnistas de El Mundo, en reconocimiento a su faceta periodística (Revista Cervantes, 2022). Vargas Llosa, en muchos de sus escritos nos relata vivencias personales y de la vida cotidiana, reflejando su madurez creativa e imponente forma de ver el mundo a través de sus escritos. Actualmente, cuenta con nacionalidad española y dominicana. El cuento “Los cachorros” presenta una fuerte problemática: “la castración” y el impacto en la vida de un adolescente y su decisión final frente a ello. Esta situación es latente en nuestra sociedad, cuando alguna persona sufre una castración, genera lástima, burla y exclusión, interfiriendo en la reintegración a la sociedad.
El cuento presenta la difícil realidad de “Cuellar”, personaje principal, después de la castración que sufre, después de entrenar; dejando marcas significativas en su personalidad, siendo puesto a prueba con todo su entorno y en muchas oportunidades termina con una autopercepción negativa, lo que nos muestra un antes y después de su persona, el autor nos muestra con exactitud parte de su gran cambio.
Malos ejercicios y óptimo, pésimas tareas y aprobado. Desde el accidente te soban, le decíamos, no sabías nada de quebrados y, qué tal raza, te pusieron dieciséis. Además, lo hacían ayudar misa, Cuéllar lea el catecismo, llevar el gallardete del año en las procesiones, borre la pizarra, cantar en el coro, reparta las libretas, y los primeros viernes entraba al desayuno, aunque no comulgara. Quién como tú, decía Choto, te das la gran vida, lástima que Judas no nos mordiera también a nosotros” (Vargas Llosa, 2004, p.6).
En el fragmento citado se evidencia como los personajes a quienes considera sus compañeros y amigos, hacen que vuelva a su realidad del traumático accidente. A la larga esto lleva a que desarrolle respuestas ante la situación. Se vuelve holgazán, inseguro, antipático y grosero. La causa del miembro viril lo obliga a estar en permanente autoafirmación, es decir pretender demostrar que es el más fuerte, intrépido y osado. Así lo afirmó Sánchez (2018), esto se evidencia con la llegada de nuevas etapas y los problemas en los que se vio afectado, en muchas ocasiones trató de aparentar una imagen muy varonil y contradictoria a lo que sentía, en especial si de mujeres se trataba. Lo que lo lleva creer que su presente y futuro se encuentran muy lejanos a todo lo que alguna vez fue su vida y lo que implicaba estar cerca de sus familiares y amigos. Se puede observar que Cuéllar, aun con haber compartido mucho tiempo de estudio con sus compañeros y amigos, ya no se siente parte grupo, pues después del accidente siente melancolía y depresión. Además, Rodríguez – Mansilla y Smith (2012) mencionan: Cuellar no puede entrar, porque es un castrado en este mundo machista y violento de la obra, la castración es fatal, en sentido metáforico la castración física permite contemplar de cerca la castración simbólica de su entorno inmediato (p.1). Indicando que la historia nos muestra lo difícil que pueda llegar a ser vivir con algún tipo de condición o perdida en nuestro cuerpo, mostrándonos el otro lado de la sociedad que más allá de contribuir destruye, instando a no seguir el ejemplo de Cuéllar y tomar decisiones que no conllevan a un bienestar emocional y social.
La castración física es menos compleja que la castración simbólica de su entorno inmediato, debido a las acciones e incluso los comentarios que pueden llegar a parecer inofensivos, impactan de forma negativa en la vida de una persona que no puede vivir lo que el resto sí, una realidad vigente hoy en día. Un fragmento de la obra, presenta a lo que orillan a están acciones: “lo veíamos en la oscuridad de la platea, sentadito en las filas de atrás, encendiendo pucho tras pucho, espiando a la disimulada a las parejas que tiraban plan” (Vargas Llosa, 2004, p.15). Esto destaca como la llegada de una nueva etapa a la vida de Cuéllar, establece una clara diferencia entre su entorno y él. Donde la masculinidad está relacionada a los atributos con la fuerza física y valentía, que generalmente la sociedad impone sobre los hombres. De forma similar Hendrie (2018) menciona: “Vivimos en una sociedad donde el ser humano vale en medida que cumpla con el ideal y las conductas asociadas a éste (p.1)”. De forma similar pasa en la actualidad, que nos impone estándares y prejuicios sobre como deberíamos comportarnos y cómo manejar las interacciones sociales que se desarrollan dentro de los espacios educativos. Dichos relatos exponen la vida, la lucha por mostrarnos iguales en un entorno restrictivo, esto nos insta a querer cambiar nuestra realidad, a hacerle frente a tales actos de burlas o comentarios y sobre todo ayudar a otros para poder ayudarnos a nosotros mismos.
Cuéllar es objeto de actos de exclusión, comentarios de burla e incluso comparaciones desagradables, vemos reflejado a un ser no capaz de reconocer lo mucho que tiene por aportar con sus aún existentes demás cualidades como persona. Sin embargo, también se hace presente la llegada de una ilusión a su vida, como cambia su perspectiva y también lo mucho que puede llegar a lastimarlo. El autor nos muestra un fragmento decisivo para el desenlace de su personaje: “¿no será qué? Y él, como una melcocha, a lo mejor, ¿Teresita?, de repente pues, ¿le gustaba?, puede que si, como un chicle, puede que sí. De nuevo se volvió sociable, casi tanto como de chiquito.” (Vargas Llosa,2004, p.19). Este fragmento resalta como el entrar a una etapa en la que empieza a sentir atracción por Teresita, a medida que pasa el tiempo lo va cambiando y frustrando, provocándole daños psicológicos que cada vez van consumiendo sus emociones con mayor intensidad. Al respecto, Álvarez (2018) señala:
La primera crisis del protagonista se produce cuando sus amigos empiezan a enamorarse y a tener novias. Él no acepta esto bien y comienza a hacer más locuras, hasta que llega al barrio Teresita Arrarte de la que Cuéllar se enamora y por la cual reconduce su vida. Pero su impotencia para declararse y el enamoramiento de Teresita de otro personaje, suponen la crisis definitiva del protagonista que lo conducirá a un terrible final. (p.21)
De lo citado, podemos decir que todo lo que vivió Cuéllar con su entorno a raíz de su accidente, fue repercutiendo de forma negativa, afectando sus emociones, sentimientos y personalidad que lo llevaron a sumergirse en la depresión sin darse cuenta, ya estaba ahogándose en su difícil realidad que tenía que asumir, quizás como hoy en día muchos la atravesamos. Por eso, cada uno de nosotros debemos contribuir cambiando esos actos de agresión por ayuda y apoyo moral, para mejorar nuestra sociedad.
En conclusión, “Los Cachorros” presenta una problemática que sigue vigente, como es el impacto en la vida de una persona que sufre una castración física. La obra nos muestra como los comentarios, las vivencias del día a día repercuten en nuestra forma de ver la vida y en nuestro comportamiento, así como Cuéllar pretendía mostrarse más rudo para disimular su evidente pérdida. Y sobre todo como lo conducen a un final no agradable y lleno de autopercepciones negativas de su persona. Su personaje es un claro ejemplo de lo que es luchar contra la corriente hasta el cansancio, pero como al final termina consumiéndose en su propio mundo. En la actualidad, estos problemas de aceptación, se ven reflejadas en las personas que padecen algún tipo de condición o son consideradas “diferentes”. La decisión final de Cuéllar, representa un llamado a la unión para luchar por un mundo con mayor igualdad y menos abuso. ¿Cómo podríamos cambiar nuestra realidad en una sociedad como la nuestra? La repuesta está en cada uno de nosotros.
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